jueves, 5 de diciembre de 2013

La música y el cuerpo humano

   Muchas veces hemos escuchado la famosa frase "la música amansa las fieras" y esque realmente esta frase tiene mucho de cierto ya que el cuerpo humano es capaz de secretar sustancias neuroquímicas que afectan a nuestro estado de ánimo cuando nos sometemos a un estímulo sonoro.


   La música puede también hacernos aflorar nuestros sentimientos o emociones, ya sean negativas o positivas. Un claro ejemplo sería el escuchar un fragmento musical que nos haga recordar a alguien querido, o por el otro lado de la moneda, el sentimiento de miedo, pánico o intriga  que nos producen las sintonias de las películas de terror.

   Se sabe que cuando escuchamos música se estimula gran parte de nuestra masa cerebral. Estudios realizados mediante tomografías de emisión de positrones, reflejaban altas actividades neuronales en zonas encargadas del procesamiento de los sonidos pero también en otras áreas relacionadas con la visión, entre otras, al someter a un individuo a un estímulo sonoro. Esto es así y podemos comprobarlo nosotros mismos, si cerramos los ojos y escuchamos a la vez música, tendremos gran facilidad para imaginarnos y crear una imagen personal de lo que oimos.

El desarrollo de la infancia ligado a los sonidos.

   El oido es uno de los más potentes sentidos después de la vista, que permiten a los seres vivos relaccionarse con su entorno y sobrevivir, pero también  desarrollarse.
  Recientemente se han realizado estudios en los cuales se demostraba que algunos niños con cierto nivel de autismo mejoraban cuando se les exponian a dinámicas de trabajo, mientras escuchaban grabaciones de audio de sus madres. 
   Al parecer el feto en el embarazo capta las vibraciones que produce la voz materna através de la columna vertebral y este hecho repercute en su sistema nevioso, proporcionándo al feto una buena maduración cerebral a lo largo del periodo de embarazo y teniendo un claro efecto en su correcto desarrollo. 

   Otro tipo de estudios, han descubierto que el sonido y la musica juegan un papel clave en varios aspectos relaccionados con el desarrollo del cerebro en niños y adolescentes. La música clásica (sobre todo Mozart) provoca por ejemplo: aumento de la capacidad de atención y concentración, estimulación de la creatividad, enriquecimieto del intelecto y fortalece el aprendizaje, entre otros. A este fenómeno se le conoce como Efecto Mozart.


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